Tras dos meses de labores, se sigue trabajando en el reforzamiento del puente sobre el río Barranca

Trabajos se enfocan en protección de micropilotes, para reducir riesgos de mayores daños a la estructura.  Actualmente, se labora en perforaciones para inyectar una lechada (agua y concreto) en las bases de la estructura.  

Trabajos paliativos son previos a la colación de una estructura temporal, que dará servicio mientras se construye un nuevo puente.  

Ya se trabaja en los diseños del puente definitivo.  

Labores actuales, puente temporal y puente definitivo tendrían costo sumado de ¢7.000 millones. Nueva estructura estaría lista a finales del primer cuatrimestre del 2025.  

Luego de dos meses de labores paliativas, siguen los trabajos de reforzamiento del puente sobre el río Barranca, en la ruta Interamericana Norte.  

Las labores de reforzamiento se ejecutan en la base del puente.  

No se ven desde la carretera. La generación de accesos seguros a la base del puente, la colada o colocación de concreto para mejorar justamente esos accesos, ventanas de inspección, así como las perforaciones en las bases del puente para inyectar una lechada (agua y concreto) hasta a 5 metros de profundidad, son parte de las labores más relevantes que se han venido ejecutando.  

Las autoridades del Consejo Nacional de Vialidad quisieron recalcar que estos trabajos son procesos bastante meticulosos y prolongados en el tiempo y que no están a la vista de quienes transitan por este puente, ya que se ejecutan debajo de la superficie de ruedo.  

Las obras que se realizan actualmente son en las bases del puente, en el lecho del río, por lo que no existe ningún tipo de afectación al tránsito por el lugar, aunque se solicita circular a baja velocidad, justamente, para no acelerar deterioros producto de exceso de vibraciones y sacudidas fuertes, más considerando la presencia de personal en el sitio.  

Estas labores forman parte, entonces, de los trabajos de protección de los micropilotes del puente, que buscan reducir riesgos de escenarios extremos, como condiciones que impidan por completo el paso por la estructura.  

Asimismo, más adelante, se colocará un puente armable temporal, de tal forma que, una vez listo y adjudicado el diseño para la construcción del nuevo puente, el paso temporal permita demoler el puente actual y construir en su lugar la nueva estructura.  

Se espera, si se cumplen las proyecciones planteadas, que se tendría el nuevo puente en servicio al final del primer cuatrimestre del 2025 y el costo de las obras, incluyendo los tres aspectos citados (intervención preventiva actual, puente provisional y nueva estructura) tendrían un costo sumado de unos ¢7.000 millones. 

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