Lucrecia aprende a leer y escribir mientras espera a su hija en tratamiento de hemodiálisis en el hospital Calderón Guardia
- Gracias a la colaboración de maestra jubilada ya lee y escribe su nombre.
- Ambas son acompañantes de pacientes en hemodiálisis.
- Aprovechan el tiempo de espera de sus familiares para la enseñanza de doña Lucrecia.
- Doña Marta, maestra jubilada le suministra el material y las clases para que aprenda a leer y escribir.
En los pasillos de los hospitales siempre se desarrollan historias de muchos tipos que alientan a seguir adelante, como es el caso de doña Lucrecia Suazo García, quien gracias al apoyo de doña Marta Sánchez, una maestra jubilada se ha dado a la tarea de aprender a leer, esto mientras ambas esperan a sus familiares que están en tratamiento de hemodiálisis en el hospital Rafael Ángel Calderón Guardia.
Doña Lucrecia, de 52 años y vecina de Guápiles, y doña Marta, quien es vecina de San Antonio de Coronado, son la madre y hermana de dos pacientes que asisten a tratamiento los lunes, miércoles y viernes a ese establecimiento de salud.
Se conocieron en los pasillos de del hospital durante las horas de espera y entre conversaciones conocieron de la situación de esta madre ejemplar que deseaba aprender a leer y a escribir.
Doña Marta no lo pensó dos veces y decidió darle la oportunidad a la emocionada y dedicada estudiante poniendo en práctica los conocimientos que acumuló durante toda su vida como maestra para darle a Lucrecia la oportunidad de emprender en esta tarea tan importante para poder desarrollarse.
Los días que asisten este par de compañeras de espera avanzan poco a poco, “empezamos a aprender a escribir el nombre completo, ya identifica las letras que componen su nombre, estamos trabajando vocales, palabras, oraciones, hemos logrado avanzar bastante en el lapso de un mes, aunque trabajamos un promedio de una a dos horas cuando nos vemos” indicó doña Marta.
“Se nota el interés que tiene para lograrlo, adicionalmente le dejo tarea para la casa ha sido una estudiante muy aplicada, se esfuerza en traer lo que se le ponga y lo hace con muchas ganas” comentó la maestra pensionada.
Por su parte doña Lucrecia, madre de nueve hijos quien nos comentaba que es la segunda ocasión que tiene un hijo pasando por el proceso de hemodiálisis y que han sido muchos los años que ha estado visitando este centro de salud.
Pero esta lucha no le ha quitado el ánimo de querer aprender por lo que se muestra muy contenta porque va aprendiendo poco a poco para poder firmar y hacer otras tareas para las cuales esta práctica es muy necesaria.
Esta guapileña se siente agradecida con su compañera de jornada quien le trae materiales para leer, escribir, así como cuadernos de caligrafía para que escriba de manera correcta.
“Estoy agradecida por la oportunidad, y le digo a las personas que no se rindan, nunca es tarde para aprender y para salir adelante”, finalizó la estudiante con gran entusiasmo.
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