Sánchez Ureña, el hombre al que el Ministerio Público demostró su culpabilidad por el homicidio de la joven Allison Bonilla, deberá cumplir una pena de 35 años de prisión por el delito de homicidio calificado. Así lo confirmó la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos, tras recibir notificación del Tribunal de Apelación de Sentencia de Cartago.
Pena aumentó en 17 años tras variación del delito.
En un primer juicio, en agosto del 2021, la fiscalía logró demostrar la responsabilidad de Sánchez, quien fue sentenciado a 18 años de prisión por el delito de homicidio simple. Sin embargo, el órgano acusador apeló el fallo, al considerar que los hechos correspondían a un homicidio calificado, conducta cuya pena es más elevada.
Tras un recurso de apelación presentado por la fiscalía, el Tribunal de Apelación de Sentencia de Cartago ordenó un nuevo juicio para discutir únicamente lo relativo al tipo de delito.
El debate se hizo en setiembre del año pasado; en esa oportunidad, el Tribunal Penal de Cartago le dio la razón al Ministerio Público y sentenció al acusado a 35 años de prisión por un homicidio calificado.
Ese segundo fallo fue apelado por la defensa del imputado. Según la notificación recibida hoy, esos argumentos fueron declarados sin lugar por parte del Tribunal de Apelación de Sentencia, confirmándose la pena y el delito.
Los hechos que sustentan el expediente 20-000825-0058-PE se remontan al 4 de marzo del 2020, cuando la víctima desapareció y no regresó a su casa, en Paraíso de Cartago. Tras las investigaciones, seis meses después se encontró su cuerpo, en Cachí.