En el marco de la conmemoración de la vigésima Semana de Vacunación de las Américas, el Ministerio de Salud, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), hacen un llamado a la población para que completen sus esquemas de vacunación y, de esta manera, cuenten con la protección necesaria para evitar y prevenir diferentes tipos de enfermedades.
Asimismo, se les recuerda a las mujeres embarazadas que a partir del tercer trimestre deben colocarse la vacuna Tdap, para protegerse de enfermedades como tétano, difteria y tosferina acelular, así como vacunarse contra COVID-19. De igual forma se hace un llamado a los padres, madres y personas cuidadoras, sobre su responsabilidad de cumplir con todas las vacunas de los niños y niñas en sus primeros meses de vida y estar atentos a los refuerzos que deben aplicarse en distintos momentos de la infancia.
“Es importante reiterarle a la población, que las vacunas que se aplican en el país no son exclusivas para niños y niñas ya que el esquema de vacunación básico incluye personas adolescentes, mujeres embarazadas y adultos mayores. Por lo tanto, se hace un llamado a revisar los carnets de vacunación con el fin de acudir a los centros de salud a completar las dosis necesarias y así prevenir aquellas enfermedades que se pueden evitar mediante la vacunación,” indicó Roberto Arroba, Secretario de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología.
Costa Rica figura entre los países con esquemas de vacunación más completos del mundo, cuya aplicación sistemática de amplia cobertura y acceso ha permitido importantes logros sanitarios sostenidos y, en general, el bienestar de la población.
En esta vigésima Semana de Vacunación en las Américas, OPS hace un llamado a todos los países para acelerar la vacunación contra la COVID-19, pero de forma muy especial llama también a cerrar las brechas en la cobertura de vacunación contra otras enfermedades: “En el caso de Costa Rica, es necesario mantener los niveles de vacunación del esquema básico que históricamente han sido altos. De esta forma, se puede evitar que haya afectación o retrocesos en los logros del país en materia de salud pública, en lo que a prevención y eliminación de enfermedades inmunoprevenibles se refiere”, mencionó la Representante de OPS/OMS en Costa Rica, Dra. María Dolores Pérez.
Patricia Portela, Representante de UNICEF en Costa Rica, felicitó a los programas nacionales de inmunización por continuar promoviendo la vacunación contra todas aquellas enfermedades para las que existe una vacuna, a pesar de que la vacunación contra la COVID-19 ha sido una prioridad para el sistema de salud frente a la pandemia.
“Nuestros niños y niñas nunca sabrán lo que es sufrir de poliomelitis, sarampión o difteria, ni ninguna madre o padre llorará a un hijo o hija por una enfermedad mortal prevenible con la vacunación. Continuemos cuidándonos, protegiendo a nuestros niños y niños, para tener individuos, familias y comunidades saludables”, destacó Portela.
Es importante indicar que las vacunan activan las defensas naturales del organismo para que sea capaz de defenderse de infecciones provocadas por virus y bacterias; además, favorece la producción de anticuerpos que evitan el desarrollo de enfermedades que, muchas veces, pueden ser mortales.
Semana de Vacunación en las Américas
La Semana de Vacunación en las Américas comenzó en 2003 como un esfuerzo de países de la Región ante un brote de sarampión entre Colombia y Venezuela. En los últimos 19 años, más de mil millones de personas de todas las edades han sido vacunadas contra una veintena de enfermedades en el marco de la iniciativa. En 2012 se convirtió en un movimiento global, y la Asamblea Mundial de la Salud estableció la Semana Mundial de la Inmunización.
La Región de las Américas es un referente global en inmunizaciones. En 1971, se convirtió en la primera región del mundo en eliminar la viruela. En 1994 consiguió certificar la eliminación de la poliomielitis, en 2015, puso fin a la rubéola y el síndrome de rubéola congénita, en 2016, eliminó el sarampión, y en 2017, el tétanos neonatal.