- El correcto lavado de manos, una adecuada manipulación y preparación de los alimentos, son clave para reducir el riesgo de intoxicaciones.
- Diarreas, náuseas, vómitos, dolor abdominal y fiebre son las principales manifestaciones de una intoxicación alimentaria.
La mezcla e ingesta indebida de alimentos por las celebraciones de Navidad y Año Nuevo son responsables del incremento de casos por intoxicaciones alimentarias y alergias que se reportan en los establecimientos de salud durante esta temporada, advirtieron especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Las comidas compartidas en familia y con amigos forman parte de las celebraciones tradicionales de esta época; sin embargo, el tipo de productos que se consume y, especialmente, la forma en que se preparan son muy diversas, lo que podría incrementar el riesgo de sufrir una intoxicación o enfermedades transmitidas por los alimentos.
De acuerdo con la doctora Jéssica Navarro Ramírez, médica y experta en nutrición de la CCSS, las intoxicaciones alimentarias son enfermedades producidas por la ingestión de alimentos contaminados por agentes patógenos o sus toxinas.
Es posible que el aspecto, el olor y el sabor de los alimentos sean normales, dijo, pero una inadecuada manipulación y preparación de éstos podrían originar trastornos gastrointestinales importantes, entre ellos: dolor abdominal, diarreas, náuseas y vómitos en ocasiones acompañados de fiebre.
Asimismo, el traslado incorrecto o la manera en que se conservan los alimentos podrían generar la proliferación de bacterias o gérmenes peligrosos para la salud.
En ese sentido, recomendó prestar atención a la inocuidad de los productos desde el momento en que se compran, por esa razón, sugiere tener en cuenta la visualización del orden y la limpieza del establecimiento en el que se realizan las compras, la temperatura de las cámaras de refrigeración, así como el orden de distribución, toda vez que, que los equipos sobrecargados no enfrían de manera adecuada los alimentos.
Una vez en el supermercado conviene repasar todas las fechas de vencimiento de los productos y los rótulos de origen. En el carrito, se deben colocar primero los productos no alimenticios y los no perecederos y dejar para el final los perecederos, fríos y congelados, tales como lácteos, carnes, aves y pescado.
La Dra. Navarro sugirió verificar que las latas no estén hinchadas, deformadas u oxidadas, y sus bordes deben encontrarse perfectamente sellados. Los envases de los alimentos no deben presentar roturas o pérdidas y en el caso de los huevos, las cáscaras no deben presentar grietas ni suciedades.
Aseguró que los jugos de algunos productos pueden contaminar a otros, por lo que se recomienda separar las carnes crudas de las verduras y de los productos listos para consumir.
Entre las recomendaciones, propone también minimizar el tiempo que transcurre desde el momento de la compra de los alimentos hasta que se guardan en el refrigerador, un lapso que nunca debe superar las dos horas. Tampoco se deben colocar los alimentos en zonas calientes.
Al momento de servir la mesa es importante mantener los alimentos calientes o fríos, según su consistencia, toda vez que las bacterias crecen a determinada temperatura, por lo tanto, no se debe dejar alimentos cocidos o perecederos a temperatura ambiente durante más de 2 horas. Se deben mantener refrigerados hasta el momento de servirlos.
En el caso de los sobrantes de comida no se deben conservar en el refrigerador durante más de tres días, ni tampoco recalentarse más de una vez.
Otra práctica de riesgo que conviene evitar es descongelar los alimentos a temperatura ambiente, debido a que puede multiplicar el número de bacterias. Se recomienda hacerlo en el refrigerador, el microondas (si se van a cocinar de forma inmediata) o como parte de la cocción.
Según la Dra. Navarro, la cocina constituye la dependencia del hogar en la que más se deben extremar las condiciones de limpieza y desinfección, principalmente en los utensilios y superficies en donde se manipulan los alimentos, por lo que recomendó sustituir la utilización de “limpiones” por toallas desechables.
Asimismo, las manos constituyen una importante fuente de contaminación de bacterias, por lo tanto, es necesario lavarlas con agua y jabón durante 20 segundos antes, durante y después de manipular los alimentos.
La especialista manifestó que para evitar “contaminaciones cruzadas”, las superficies, los equipos, y los utensilios para la manipulación de alimentos en crudo, deben ser utilizados únicamente para ese fin, en caso contrario, se deben lavar y desinfectar adecuadamente antes de ser utilizados para la preparación de alimentos cocinados.
En el caso de las celebraciones que se efectúen fuera del hogar, es importante no consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.
“En bares, cafeterías, restaurantes y otros, todos los alimentos perecederos deben estar protegidos por vitrinas y conservados en condiciones sanitarias adecuadas. Deben estar refrigerados siempre que sea preciso. Estas medidas deben ser exigidas por el consumidor y cuando se observe que no se cumplen, los alimentos deben ser rechazados”, finalizó.
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