𝗔𝘁𝗲𝗻𝗮𝘀 𝗔𝗹𝗮𝗷𝘂𝗲𝗹𝗮
𝗖𝗼𝗺𝗲𝗿𝗰𝗶𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗳𝗮 𝗮 𝗮𝗱𝘂𝗹𝘁𝗮 𝗺𝗮𝘆𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗰𝗮𝘀𝗼𝘀 𝗿𝗲𝗰𝘂𝗿𝘀𝗼𝘀.
El hombre se aprovechó de la nobleza e inocencia de la víctima, para despojarla de 9 millones de colones. Los cuales eran el producto de toda una vida de trabajo, y la adulta mayor guardaba con la fé, de algún día; poder comprarse una casita.
Se dice llamar «cristiano». El hombre, identificado como Henry Montero Morales y vecino de Atenas Alajuela. Despojó de sus ahorros (los cuales eran el dinero de su jubilación) a una señora adulta mayor, también vecina del cantón ateniense.
El sujeto, quién proviene de una familia de clase media, propietario del minisuper El Invu, y varias casas en Atenas.
Vio en la adulta mayor la víctima idónea para envolverla con «una triste historia».
Aprovechando que la señora es una persona de fé y el sujeto era un supuesto «amigo» de la familia, en quién ella confiaba (ya que lo conocía desde hace muchos años), sabiendo que ella había recibido y tenía guardado el dinero de su jubilación, producto de toda una vida de trabajo. La buscó indicándole que estaba pasando por una mala situación económica y estaba por perder el minisuper.
Le lloró y le suplicó que le prestara el dinero que ella tenía guardado, con la promesa de en 4 meses devolvérselo e incluso; comprarle la casita, con la que ella tanto soñaba.
Estoy cerrando el negocio de la venta de una propiedad, hermana, sí usted me presta esa plata, yo se la pago en 4 meses o le compro una casita, le dijo el hombre a la adulta mayor. La cual no tiene casa propia y vive alquilando una humilde vivienda.
Pero había una condición. No se debía hacer ningún tipo de documento legal ya que el sujeto temía que su familia (la de él) se enterara. Ni la señora podía contarle nada a nadie, ni siquiera a sus hijos.
La adulta mayor es una persona de condición humilde, ella no pensaba en recibir más dinero ni una casa a cambio del favor. Ella solo pensó en que el comerciante estaba en problemas y podía perder el negocio, que la madre de este, le había heredado al fallecer.
Manipulando el buen corazón, la fé, la buena voluntad y hasta la inocencia de su víctima, el estafador la convenció de confiarle su platita.
Incluso, utilizó a su favor las creencias religiosas de la señora diciéndole: Hermana, a mi Dios me dijo que usted me iba a ayudar, el Señor me dijo que acudiera a usted. Pero esto es entre usted, Dios y yo, no le cuente a sus hijos.
Lamentablemente, la señora se dejó llevar por su buen corazón y accedió.
Visitó el Banco Polular de Atenas, retiró todo su dinero, fue hasta el local comercial del hombre y le entregó los 9 millones en efectivo.
Pasó un mes. Y un día la adulta mayor recibió una llamada telefónica del sujeto. Ella se alegró, pensaba que la estaba llamando para pagarle su platita. Pero no, el hombre la llamó diciéndole: ¿Hermana verdad que a usted todavía le queda un millón en el banco?
Sí, por increíble que parezca, Henry Montero tenía planeado sacarle más dinero a la señora.
Según han expresado algunas personas cercanas al sujeto, este, estaba «metido» en la plataforma llamada: Apuestas Deportivas, había hecho inversiones en las cuales había perdido mucho dinero, lo cual causó que «quebrara» el minisuper y estuviera muy endeudado.
Han pasado 1 año y 10 meses, y no solo no le ha pagado a la señora un solo colón, sino también la bloqueó de WhatsApp y llamadas a ella y a sus hijos, para que no puedan cobrarle.
Lo han ido a buscar a su casa pero no sale, además, a algunas personas les dice que todo es mentira, que él no le debe esa plata a la señora, mientras, a otras personas les dice que el recibió esa plata como «un regalo de Dios» y no tiene porqué pagarla.
Lamentablemente la adulta mayor, no solo perdió la platita por la que trabajó durante toda su vida, sino también, dejó de recibir los intereses que le generaba tenerla guardada en el banco, y con los cuales se ayudaba para comprar las medicinas, que por su edad y padecimientos médicos necesita.
Algunos preguntarán ¿porqué no lo demanda?
La señora intentó hacerlo, se presentó en los Tribunales de Atenas pero extrañamente el fiscal se rehusó a tomarle la denuncia.
Con esto, lamentablemente queda demostrado, una vez más, que en Costa Rica, la justicia es solo: para los que tienen dinero.
En la actualidad «trabaja» como diseñador de la marca Omnilife.
NOTA: En el audio adjunto, podemos escuchar la grabación de una llamada telefónica (de hace un año) que la señora le hace al hombre y en la que este, acepta que la deuda existe y le promete pagarle pronto.