El caso de Ligia Zulema Faerron Jiménez, vecina de Ciudad Quesada, mantiene en alerta a las autoridades y a la comunidad de San Carlos. La mujer, de 53 años, fue vista por última vez el 26 de septiembre, y hasta la fecha no se tiene rastro de su paradero.
La denuncia de desaparición se presentó recién el 1.º de octubre, lo que abrió una investigación judicial que este viernes sumó nuevas diligencias, entre ellas el ingreso del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a la vivienda de Faerron.
Dos hipótesis principales
De acuerdo con el director del OIJ, Randall Zúñiga, el caso se analiza bajo dos posibles escenarios:
- Que la mujer haya sido víctima de un acto delictivo, como un secuestro.
- Que su ausencia responda a problemas financieros que la habrían llevado a retirarse voluntariamente.
“En varios casos relacionados con deudas, hemos observado que las personas optan por irse de sus hogares o cambiar constantemente de lugar de residencia”, señaló Zúñiga.

Una fuente ligada a la investigación detalló que, tras la inspección en la casa, se determinó que no existían signos de violencia. De forma preliminar, las probabilidades apuntan en un 70% a una salida voluntaria y en un 30% a un hecho de agresión.
Mensaje que inquieta a la comunidad
La desaparición también ha despertado dudas por un mensaje que Faerron escribió en un chat vecinal el pasado 17 de septiembre, días antes de perderse su rastro.
En esa ocasión, la mujer expresó su molestia porque alguien vigilaba sus movimientos y advirtió que, de continuar, lo denunciaría por un “posible secuestro”. Además, indicó que sus hijos y personas de confianza conocían sus rutinas “por si alguien intentaba hacerle daño”.
Los vecinos aseguran que en aquel momento no entendieron el sentido de sus palabras, pero hoy el texto cobra un peso especial en la investigación.
Investigación en curso
El OIJ mantiene el caso bajo análisis y hace un llamado a la ciudadanía para aportar cualquier información útil de manera confidencial al 800-8000-645 o al WhatsApp 8800-0645.
Mientras tanto, la comunidad de Ciudad Quesada sigue con expectación cada avance, en medio de un clima de incertidumbre que mezcla el temor a un posible crimen con la esperanza de que la mujer haya decidido marcharse por sus propios medios.
