Director del Departamento de Seguridad Pública de la OEA fue testigo del acto simbólico y resaltó el compromiso de Costa Rica en el efectivo control de armas
El Ministerio de Seguridad Pública realizó el acto simbólico de destrucción de 2.189 armas de fuego, que cumplieron su vida útil, en el marco de la celebración del 75 aniversario de la Abolición del Ejército, con la presencia del director del Departamento de Seguridad Pública de la Organización de Estados Americanos (OEA), Steven Griner.
La sede de la Dirección General de Armamento ubicada en Vázquez de Coronado, San José, fue el escenario de un acto sencillo, pero cargado de motivación, por el simbolismo que representa, en una coyuntura marcada por la lucha constante en contra del crimen organizado, el narcotráfico y la delincuencia común.
Precisamente, el director Steven Griner, destacó la importancia de los mecanismos de coordinación regional para fomentar una prevención y combate más efectivo al tráfico de armas y sus vínculos con el crimen organizado.
“La destrucción de 2.189 armas de fuego en desuso, ya no representarán un riesgo de ser desviadas y utilizadas para promover la violencia en las calles costarricenses.
Esta es una demostración del compromiso de Costa Rica con un efectivo control de armas de fuego en el marco de los instrumentos internacionales que ha suscrito”, resaltó, el director del Departamento de Seguridad Pública de la OEA.
Entretanto, el ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora Cordero, recordó que Costa Rica tomó la decisión eliminar su ejército, en un momento histórico, en el que resolvió una situación armada, desarmandose.
“El uso de las armas de fuego en la ola homicida es empleada por el narcotráfico para perpetrar sus crímenes. Hoy enviamos un mensaje al país, en el que nos enfocamos en atacar integralmente la criminalidad, tal y como tenemos plasmado en la Política Nacional de Seguridad Pública 2023-2030”, finalizó el ministro Zamora.
La directora general de Armamento del Ministerio de Seguridad Pública, María Eugenia Mata Chavarría, subrayó la relevancia de un acto, en el que lo primordial es el respeto del valor más preciado, la vida.