- Una tercera parte de las personas de 65 años y más sufre, al menos, una caída al año.
- Personas mayores de 80 años tienen más riesgo de sufrir una caída.
- Especialistas de la CCSS piden que las personas adultas mayores, sus familiares y cuidadores tomen las previsiones que permitan reducir el impacto de estos incidentes.
Un llamado a la población costarricense para que extreme las medidas que prevengan las caídas, especialmente en las personas adultas mayores, plantearon especialistas de la Caja Costarricense de Segur o Social (CCSS) en virtud de las severas complicaciones que estos accidentes podrían generar en este sector de la población.
De acuerdo con la Dra. Vilma García Camacho del Programa Normalización de la Atención a la Persona Adulta Mayor de la CCSS, la urgencia de este llamado se realiza con el propósito de instaurar la conmemoración del Día de la Concientización de la Prevención de Caídas en la Persona Adulta Mayor el próximo 23 de setiembre, que busca reforzar el mensaje de prevención en los ciudadanos, en virtud de las diferentes complicaciones, la discapacidad, la dependencia e incluso la muerte que estos incidentes podrían provocar, principalmente en las poblaciones más vulnerables.
Según la funcionaria, registros de referencia internacional revelan que una tercera parte de las personas de 65 años y más sufre, al menos, una caída al año. Mientras que, en nuestro país, la prevalencia de estos accidentes es de 35.6% en personas de 60 años y más, según un estudio del Proyecto CRELES de Costa Rica.
Aseguró, además que, la edad constituye un factor de riesgo, toda vez que la cifra de estos percances aumenta al 50% en adultos de 80 años y más. Esta situación es preocupante, según dijo, pues cerca del 10% de las caídas derivan en complicaciones severas como fracturas y traumas de cráneo, capaces de producir dificultades de desplazamiento en las personas; o bien, lesiones muy delicadas que ameriten un internamiento que se podría prolongar durante varios días.
Otras como fracturas o el síndrome poscaída podrían limitar la realización de actividad física, considerada de suma importancia para el fomento del envejecimiento saludable y que abarca áreas de particular importancia, entre ellas: la capacidad funcional, las habilidades neuromotoras, el balance, la coordinación, el tiempo de reacción, así como la salud neurológica o cognitiva, afirmó la especialista.
Según la Dra. García, la población adulta mayor se encuentra en mayor riesgo de sufrir este tipo de percances por múltiples circunstancias, entre las que destacó principalmente: problemas en sus condiciones de salud tales como alteraciones visuales, musculares, esqueléticos, articulares, auditivos, cardiovasculares, alteraciones en el nivel de azúcar, descompensaciones en sus cifras de presión arterial, problemas de pie, entre otras.
Mencionó, además, dificultades en el entorno como el uso de calzado poco apropiado, superficies o pisos mojados, falta de luz en las habitaciones, baños sin agarraderas, mascotas, alfombras, camas, vehículos y autobuses muy altos que dificultan la subida y la bajada, aceras en mal estado, abuso de medicamentos, así como objetos y muebles que obstaculicen el paso.
En virtud de lo anterior, manifestó que es urgente que todas las personas adultas mayores, sus familias y cuidadores tomen las previsiones que permitan reducir el impacto de las caídas.
Con este objetivo, la especialista exhortó a la población a extremar los cuidados y las medidas preventivas en los hogares y atender las siguientes recomendaciones para procurar espacios seguros con especial énfasis en los dormitorios:
- Los pasillos y las escaleras deben estar bien iluminados, sin objetos que obstaculicen el paso como libros, zapatos, adornos y otros.
- Enrolle o pegue los cordones y cables a la base de la pared para evitar tropezar con ellos.
- Evite el uso de alfombras o utilice una cinta con adhesivo en ambos lados o con reverso antideslizante para evitar que se resbalen.
- Seque inmediatamente los líquidos derramados en el piso para disminuir riesgo de resbalones.
- Coloque una alfombra de goma antideslizante o tiras autoadhesivas en el piso de su ducha o en la tina.
- Coloque agarraderas en las duchas y sillas para que los adultos mayores se sienten mientras se bañen.
- Instale una luz nocturna para ver por dónde camina. Algunas luces nocturnas se encienden por sí solas al oscurecer.
- Si la persona suele levantarse de noche, utilizar luces indirectas.
- Siéntese un momento antes de levantarse de la cama. Póngase de pie y busque el equilibrio antes de caminar.
- Utilice zapato cómodo, bajo y antideslizante: que sea cerrado y de superficie ancha. Evite el uso de sandalias o pantuflas.
- Realice actividad física regular que ayude a mantener la masa muscular, el equilibrio y la flexibilidad.
- Vigile el consumo de medicamentos.
La Dra. García enfatizó que en el caso de las personas adultas mayores que requieren el uso de andaderas o bastones para mejorar su estabilidad o marcha deben ser prescritos únicamente por el especialista, así como recibir la supervisión médica y el debido entrenamiento sobre el uso adecuado y por ningún motivo se deben utilizar cuando sean indicadas por otras personas sin conocimiento sobre el manejo de estas ayudas técnicas.
“Dentro de las consecuencias más serias de una caída, se encuentra la fractura de cadera, la cual, podría complicarse y derivar en resultados fatales, por esta razón, lo más importante es que ante cualquier caída se consulte con el profesional de la salud”, concluyó la especialista.
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