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Los hallazgos en el análisis forense indicaron fracturas en vértebras y costillas producto de traumas por compresión que se generan con caídas de altura o precipitaciones. Los restos de la joven fueron ubicados a 85 metros en línea recta de la calle que pasa por el botadero clandestino.
Allison Pamela Bonilla Vásquez, tenía 18 años cuando desapareció.
Allison Pamela Bonilla Vásquez de apenas 18 años en aquel entonces, ese era el nombre de una colegial a la que se le perdió el rastro por alrededor de seis meses, hasta que finalmente, partes de sus restos óseos fueron localizados en el botadero clandestino en la comunidad de Cachí, en Cartago.
Ella desapareció en la zona de Ujarrás en Paraíso de Cartago, cuando al parecer volvía a casa de estudiar, se iba comunicando con su novio a quien le mencionó que estaba preocupada porque la iban siguiendo.
“Venía en el bus y me acabo de bajar y se bajan dos pintas, pero pintiticas y vienen ahí, detrás mío. Más bien voy a apurarle porque me da miedo”, dijo Allison en el mensaje de audio.
Luego de esto desapareció sin dejar ningún rastro.
La madre interpuso la denuncia de desaparición en el OIJ de Cartago. Imagen OIJ
El miércoles 4 de marzo del 2020, la madre de Alison interpuso la denuncia en la Delegación Regional de Cartago del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), por la supuesta desaparición de su hija, quien no había regresado esa noche a su casa ubicada en la urbanización Florencio del Castillo, en Ujarrás de Paraíso.
Luis Felipe Aguilar Castillo, investigador del OIJ de Cartago, recordó en el podcast Expediente Cero 43 del OIJ: “el caso ingresa a la Delegación como un tema de desaparición, solo que con una particularidad porque había un audio que le había enviado Allison a su novio; esto de una vez enciende las alarmas y se debe comenzar con las diligencias lo más pronto posible”.
Cuando se interpone una denuncia por una persona desaparecida las primeras horas son fundamentales, debido a que se debe realizar una valoración de riesgo, se procede a hacer la publicación fotográfica en los diferentes medios de comunicación; así como el estudio victimológico en base a la información recibida por la persona denunciante.
Otro de las acciones es enviar un reporte a Fuerza Pública con la información recabada, además de ir al sitio donde se le vio por última vez, hacer un rastreo y entrevistas al círculo más cercano.
Una gran cantidad de instituciones se sumaron a la búsqueda de la joven. Imagen OIJ
Como parte de los procedimientos, también se procedió a hablar con todos los exnovios de la ofendida, con el objetivo de irlos descartando como posibles sospechosos, es así como se logró recabar que esta mantenía una relación sentimental en secreto.
“Se entrevista a un muchacho, que en apariencia también tenía una relación sentimental con Allison Bonilla, indica que él la recoge alrededor de las 17:15 y 17:20 horas del día 4 de marzo del 2020 en su casa de habitación y que la lleva al sector de Cachí a una urbanización que se llama El Roble, la deja donde una amiga, la espera a que cruce la calle y después se retira a su casa de habitación”, detalló el agente durante el juicio.
Aproximadamente una hora después la muchacha lo volvió a llamar, pero él no le contestó debido a que estaba dormido, pero al despertarse se dio cuenta que tenía un mensaje de parte de ella indicándole que no tuvo clases en el colegio.
El último mensaje al novio
A raíz del último mensaje que fue enviado por Allison a su novio de que la venían siguiendo, se procedió a realizar un análisis de las cámaras de vigilancia para poder observar el recorrido que realizó la joven los últimos minutos antes de su desaparición.
Otra de la pericia fue el decomiso de las cámaras de seguridad que portaba el autobús donde viajó la ofendida.
“Se observa a la muchacha donde aborda la unidad de transporte público, se sienta en la parte trasera del bus a la par de la puerta de salida se analizan los videos de esos 20 o 25 minutos y no se logra observar alguna persona sospechosa, ella se baja, pero detrás de ella no se baja ninguna persona”, informó el agente judicial.
En otra grabación realizada por los sistemas de vigilancia de la casa de una familia se pudo constatar que el día de la desaparición, la joven pasó frente a la propiedad a eso de las 8:47 p.m.
“Minuto y medio después de que la ofendida pasa, se logra observar donde un vehículo sale de una propiedad y toma rumbo hacía Ujarrás, misma ruta que llevaba la estudiante cuando se baja del autobús”, dijo Aguilar.
Giro en la investigación
Las horas pasaban y aún no se tenía ninguna idea de donde podría estar Alison y no había ningún sospechoso de la desaparición.
“Para el día viernes varios vecinos aportaron varios drones con el fin de sobrevolar la zona donde había sido vista por última vez, con la intención de que nos pudiéramos dar una idea de las dimensiones de los terrenos y sitios donde buscarla; ese mismo día logramos ubicar los lentes medicados de la joven”, señaló Aguilar en el podcast.
Personal de la Unidad Canina del OIJ se sumó a la búsqueda. Imagen OIJ
El sábado 6 de marzo en horas de la mañana personal de la Unidad Canina en compañía del can Argos (especializado en restos humanos y sangre) ingresaron a una finca localizada por las inmediaciones del centro recreativo Charrara, y a unos 150 metros de la entrada principal se da el hallazgo de un arete que pertenecía a Alison y al lado un rastro grande de sangre.
“A partir de ese momento la investigación dio un giro de 180 ° y se comienza a manejar la hipótesis de un posible homicidio”, detallo el investigador.
Posteriormente se da nuevamente el ingreso a la finca y esta vez junto a la especialista de la Unidad Canina con el fin de analizar los restos biológicos encontrados en el interior de la finca.
“Se hayo un patrón lineal de sangre que se dirigía a la salida de la finca y mi conclusión fue que la persona que tuvieron allí había recibido un golpe en la cara y el sospechoso la alzó para sacarla del lugar. Esto por las características de las gotas de sangre impregnadas en el suelo, que eran constantes en grosos y tamaño; se podía decir que la persona fue sacada con vida del lugar”, mencionó durante el podcast, Tatiana López Morales, especialista en fluidos biológicos de la Unidad Canina del OIJ.
También Tatiana, dio un dato que fue vital para la investigación, pues habría manifestado que el patrón de gotas de sangre se perdió en la pura salida de la finca, por lo que se pensó que la ofendida habría sido introducida en algún vehículo.
Un testigo clave
Los días pasaban y no había rastro alguno del cuerpo de Allison, ni se tenía a ningún sospechoso en el radar de la investigación, hasta que una llamada dio un respiro que podría dar alguna pista sobre lo acontecido el miércoles 04 de marzo del 2020.
Foto tomada de las RRSS de Allison Bonilla.
Es así como un testigo clave brindo una información, de que ese día en la noche vio a Allison junto al carro de su primo, y que a él no le pareció algo extraño porque la víctima y el sujeto se conocían de muchos años atrás debido a que eran vecinos.
“Ya con la versión del testimonio y tras revisar nuevamente los videos de vigilancia decomisados, además de la explicación dada por Tatiana sobre el corte del rastro de sangre, todo calzaba de que Nelson Enrique Sánchez Ureña, alias Sukia de 28 años de edad era el principal sospechoso de cometer el crimen”, agregó Felipe.
Mucha información ingresó a la línea confidencial y toda tenía que ser procesada, analizada y verificada o descartada con el fin de que arrojara alguna pista del paradero de la ofendida, además de individualizar aún más al posible sospechoso.
El agente judicial, también recordó: “la investigación nos llevó por alrededor de una semana y media hasta el área de Guanacaste, debido a que se recibió una llamada al Centro de Información Confidencial (C.I.C.O), que al parecer a Alison la habían trasladado hasta este sector y con apoyo de grupo INCA del Ministerio de Seguridad Pública se pudo descartar esta información”.
Para el domingo 29 de marzo, se procedió a solicitar una orden de allanamiento con el fin de decomisar el carro que usualmente usaba Sukia para transportarse, debido a que este era el único en la zona con esas características (marca BMW de dos puertas y de color vino) que habría dicho el informante.
Una vez el vehículo en el Laboratorio de Criminalística Especializado en Búsqueda de Evidencia Traza (LACEBET), ubicado en el Complejo de Ciencias Forense en San Joaquín de Flores, Heredia, se realizaron las pruebas al automotor con el fin de obtener algún resultado que diera pistas de que Alison estuvo dentro de este.
Según habría manifestado la especialista de la Unidad Canina: “cuando se realiza la primera revisión visual con luz blanca del vehículo en el laboratorio, a mí me llamó mucho la atención que a la hora de revisar la cajuela no se encontraba el cobertor de la llanta de repuesto, y también, que había un trozo de tela de color blanco con verde que al parecer tenía amarras como si se hubieran usado para sujetar los brazos de una persona”.
Posteriormente se realizó el trabajo con el can (Baco) alrededor del carro, y estando completamente cerrado este mostró gran interés en la cajuela. Además, arrojó resultado positivo de muestra de sangre en la parte inferior izquierda del asiento del conductor y en el asiento derecho, así como en diferentes áreas de la cajuela, agregó.
Ya con este resultado que dio el can, seguidamente se procedió a realizar la prueba de luminol – reactivo muy sensible que permite la búsqueda y localización de manchas de sangre -, dando como resultado muchas manchas de sangre; seguidamente estas muestras fueron analizadas y comparadas con las de la madre de la joven, en los laboratorios de la Sección de Biología Forense del Departamento de Ciencias Forenses (DCF) del OIJ, dando como resultado el ADN de Alison.
Detención del sospechoso
Una vez obtenidas las pruebas que vinculaban aún más a Sánchez Ureña, con la desaparición y homicidio de Allison Bonilla, la Fiscal a cargo del caso dio la directriz de aprender al sospechoso.
Nelson Sánchez fue detenido como principal sospechoso.
Sánchez fue detenido la noche del miércoles 02 de setiembre del 2020, a 200 metros de la escuela de Ujarrás. Luego de la detención de Nelson, este habría hablado con su Defensor Público e indicó que quería colaborar con la investigación.
Durante la indagatoria, alias Sukia, habría aceptado los hechos y dijo que la noche del 04 de marzo, la interceptó cuando ella venía de la parada de buses, ella accedido a subir a su vehículo para seguidamente ir a una finca dedicada al cultivo de café; ya en el lugar abusó sexualmente de ella y la golpeó; luego la metió en la cajuela de su carro y llevó el cuerpo hasta un basurero clandestino conocido como Guatuso en San Jerónimo de Cachí, donde la lanzó a un guindo de unos 500 metros de profundidad. Seguidamente llevó a las autoridades hasta ese lugar.
Una semana después de haber aceptado los hechos se retractó ante el Ministerio Público e indicó que era inocente.
El botadero clandestino
Luego de seis meses de que Allison Pamela Bonilla Vásquez, fue reportada como desaparecida y después de recibir información sobre donde fue dejado el cuerpo de la joven, las autoridades judiciales montaron un despliegue que involucró a personal de la Brigada Operacional de Apoyo (B.O.A) del OIJ, Fuerza Pública, Cruz Roja, un equipo de Rescate Urbano y personas de la comunidad.
La primera búsqueda fue el jueves 03 de setiembre donde varios rescatistas con equipo especial descendieron por el guindo para buscar entre las toneladas basura.
“No es lo mismo buscar un cuerpo con dos o tres días de fallecido a tener que buscar uno seis meses después. Esta es una de las operaciones más complejas que se han realizado en el país, en donde se ha requerido del trabajo de muchas personas y gran cantidad de equipo, debido a la altura y la topografía del terreno”, señaló Héctor Blanco Avalos en el podcast del OIJ, quien es miembro de Rescate Urbano.
Botadero clandestino localizado en Cachí de Cartago. Imagen OIJ
Las acciones continuaron por varias semanas, se utilizaron drones, equipo especial, la Unidad Canina y una cantidad de personas con la mayor disposición de ayudar, pero no lograban encontrar ningún rastro de la joven.
“Una de las acciones a seguir fue la de utilizar un maniquí con una similitud al peso de Allison para observar el comportamiento de la caída de un cuerpo, y así poder generar una ruta de búsqueda en el precipicio”, manifestó en el podcast, Alejandro González García, de B.O.A.
Por su parte, Felipe Aguilar quien era el investigador a cargo de todo el trabajo, recordó que para el día que Nelson se retractó de los hechos, lograron encontrar uno de los zapatos que llevaba Allison el día de su desaparición.
“Ese fue el primer indicio que nos confirmaba la versión que nos había dicho el sospechoso; posteriormente se logró ubicar el otro zapato y diferentes prendas”
Al día siguiente propiamente el 28 de setiembre un grupo de voluntarios localizó a 8 metros de donde se hallaron las prendas, varios restos óseos: vértebras, costillas, parte de las extremidades superiores, fosas iliacas y un fémur conectado mediante cartílagos a la tibia y el peroné, que fueron confirmados como restos humanos por la antropóloga forense del OIJ.
Los restos de la joven fueron ubicados a 85 metros. Imagen OIJ
Estas partes esqueléticas fueron enviadas a los Laboratorios de Ciencias Forenses del OIJ donde fueron analizados por personal de la Sección de Bioquímica del DCF y tras varias muestras de ADN que los expertos extrajeron del hueso fémur, se pudo confirmar que pertenecían a Allison Bonilla.
Durante el juicio contra Sánchez Ureña, la médico forense de la Sección de Patología Forense del Departamento de Medicina Legal (DML) del OIJ, Laura Quirós Abarca, mencionó que al estar el cadáver incompleto no se pudo establecer una causa de muerte, debido a que no había vísceras para determinar la manera, pero tomando en cuenta las circunstancias (inspección en el sitio donde la hallaron), sumado a la investigación policial, se determinó que la manera fue homicidio.
Alias Sukia durante el juicio por el homicidio de Allison Bonilla.
Finalmente, el 18 de agosto del 2021, el Tribunal Penal de Cartago condenó a Nelson Enrique Sánchez Ureña a 18 años de prisión por el asesinato de Allison Bonilla Vásquez. Un año después los magistrados de la Sala de Casación Penal (Sala III), solicitaron revisar la recalificación que, bajo la pena al asesino de la joven, por lo que la condena para Sánchez podría ser mayor.
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