Evite intoxicaciones alimentarias durante Semana Santa

Evite intoxicaciones alimentarias durante Semana Santa

  • Es posible que el aspecto, olor y sabor de los alimentos sean normales, pero su inadecuada manipulación y preparación podrían producir trastornos gastrointestinales.
  • La tradicional costumbre de consumir preparaciones cuyos ingredientes principales son pescado y mariscos exige mayor vigilancia e higiene.

En momentos en que muchas familias se preparan para la temporada de compra y preparación de platillos tradicionales durante la Semana Mayor, especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), piden a la población adoptar una serie de recomendaciones nutricionales para mantener una alimentación adecuada y a su vez, prevenir intoxicaciones alimentarias que puedan poner en riesgo la salud.

La Dra. Sileny Sandoval, nutricionista del área de salud Palmares, advirtió que la higiene inadecuada y una incorrecta manipulación de los alimentos, son los principales agentes responsables del incremento de casos por alergias e intoxicaciones alimentarias que se reportan en los establecimientos de salud durante la Semana Santa.

“Las intoxicaciones alimentarias son enfermedades producidas por la ingestión de alimentos contaminados por microorganismos patógenos o sus toxinas.

France, France — Bouillabaisse — Image by © the food passionates/Corbis

Es posible que el aspecto, olor y sabor de los alimentos sean normales, pero su inadecuada manipulación y preparación suelen producir trastornos gastrointestinales, como dolor abdominal, diarreas, náuseas y vómitos, en ocasiones acompañados de fiebre que podrían conducir a la deshidratación con riesgo incrementado en niños, mujeres embarazadas y personas de edad avanzada”, manifestó la experta.

Según explicó, el tipo de productos que se consume y especialmente, la forma en cómo se preparan los alimentos durante esta época son muy particulares, lo cual podría incrementar el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria.

La tradicional costumbre de consumir preparaciones cuyos ingredientes principales son el pescado y los mariscos exige mayor vigilancia e higiene y ante una mayor demanda en el consumo de estos productos, las medidas de conservación tienden a reducirse, por lo que el consumidor final debe permanecer muy alerta, aseguró la experta.

Los mariscos son especialmente sensibles a los cambios bruscos de temperatura, una mala conservación y deficiencias en su transporte o manipulación podrían provocar su rápida descomposición y generar un riesgo para quienes los consumen, por esta razón, la funcionaria recomendó que al adquirirlos se observe que tengan color, olor y apariencia fresca como características propias de estos productos.

En el caso del pescado, la piel debe ser lisa y elástica y las escamas no deben removerse con facilidad, los ojos deben ser sobresalientes, firmes y brillantes y las aletas deben estar en buen estado, completas y sin laceraciones, además del olor particular y característico del pescado fresco. Estos signos garantizan que el producto es conservado en buenas condiciones sanitarias.

La nutricionista aseguró que las mismas condiciones deben prevalecer en los crustáceos y mariscos: su olor característico debe ser moderado y no penetrante, ni de sabor ácido o agrio.

En cuanto a los alimentos envasados, entre tanto, se debe controlar celosamente su fecha de vencimiento y el registro sanitario.

Estas recomendaciones involucran, también, al pescado seco como el bacalao, uno de los platillos más tradicionales durante la temporada que, a pesar de estar deshidratado, podría contener hongos o bacterias en sus pliegues debido a una mala conservación o almacenaje, por lo que en todos los casos, la sugerencia es que los productos se adquieran en lugares que garanticen condiciones de higiene y refrigeración.

¡CUIDADO CON LOS ENLATADOS!

Para el consumo de alimentos enlatados la Dra. Sandoval sugirió verificar que las latas no estén hinchadas, deformadas, golpeadas u oxidadas y sus bordes deben estar perfectamente sellados. Los envases no deben presentar roturas o pérdidas. Observe lo siguiente:

  1. Un envase golpeado, abombado o herrumbrado sugiere descomposición, expiración o contaminación.
  2. Verifique que el contenido del envase no tenga olor o sabor extraño.
  3. Después de abrir la lata se debe retirar el producto y conservarlo en su propio caldo en un recipiente preferiblemente de vidrio hasta consumirse en un periodo no mayor a cinco días.
  4. Las etiquetas deben ser claras, legibles y en idioma comprensible.
  5. Revise bien la fecha de vencimiento y no deseche el comprobante de compra ante eventuales reclamos.

Otra de las recomendaciones importantes consiste en minimizar el tiempo que transcurre desde la compra de los alimentos hasta que se guardan en el refrigerador, un lapso que no debe superar las dos horas. Se debe evitar colocar los alimentos en zonas o espacios calientes, como por ejemplo al sol o en la cajuela del vehículo.

De la misma manera, los residuos de comida no se deben guardar en el refrigerador durante más de tres días, ni tampoco recalentarse más de una vez.

Según la nutricionista, otra práctica de riesgo consiste descongelar los alimentos a temperatura ambiente debido a que puede multiplicar el número de bacterias. Conviene hacerlo en el refrigerador, el microondas (si se van a cocinar de forma inmediata) o como parte de la cocción.

Evite la contaminación cruzada

La cocina constituye una de las dependencias en las que resulta imprescindible extremar las condiciones de limpieza y desinfección, principalmente, la de utensilios y superficies en donde se manipulen los alimentos, en ese sentido conviene sustituir la utilización de “limpiones” por toallas desechables.

Las manos son una importante fuente de contaminación de bacterias, por lo tanto, es necesario lavarlas con agua y jabón durante 20 segundos antes, durante y después de manipular alimentos.

La contaminación cruzada es otro de los riegos que se debe minimizar durante esta temporada: “las superficies, los equipos y los utensilios para la manipulación de alimentos en crudo deben ser de uso exclusivo para ese fin. Es necesario lavarlos y desinfectarlos antes de utilizarlos con alimentos cocinados”, finalizó la experta.

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