San Antonio, Llanuras del Gaspar, Sarapiquí
Policía de Fronteras rescata una guacamaya que estaba en cautiverio con sus alas recortadas
- La guacamaya es una especie en peligro de extinción debido a la destrucción de los bosques y a la cacería de pichones para mascotas
- Ciudadanía puede denunciar al 1192 a quienes posean animales silvestres
- El año pasado la Policía de Fronteras rescató otras 7 guacamayas en el Caribe norte
Los policías fronterizos resguardan la soberanía nacional, pero también tienen, entre sus múltiples funciones, la protección de la biodiversidad de las regiones fronterizas, tal y como lo hacen constantemente los oficiales de la Policía de Fronteras destacados en Delta Costa Rica, Sarapiquí.
En uno de sus tantos patrullajes por las comunidades del norte de Sarapiquí, dichos oficiales rescataron una guacamaya o lapa roja, la cual se encontraba dentro de una vivienda situada en la comunidad de San Antonio, distrito de Llanuras del Gaspar.
El animal presentaba signos de maltrato, ya que mantenía parte de las plumas de sus alas recortadas, posiblemente para impedir que el ave pudiera escapar de la vivienda donde la tenían en cautiverio.
Es por ello que los policías decomisaron la guacamaya y la llevaron hasta las instalaciones de la Policía de Fronteras de Delta Costa Rica, donde el ave fue entregada a guardaparques del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) destacados en el Área de Conservación Tortuguero, quienes se encargaron de llevarla hasta un refugio.
Las personas que tenían en su poder la guacamaya fueras identificadas a efectos del proceso judicial que, por presunta violación a Ley de Conservación de Vida Silvestre, deberán enfrentar próximamente.
La guacamaya o lapa roja es una especie catalogada como en peligro de extinción debido a la destrucción de los bosques que constituyen su hábitat, así como a la cacería de sus pichones para mascotas
La tenencia de animales silvestres como mascotas puede salirle caro
La tenencia de animales silvestres es una contravención o delito menor, según lo contemplado en el artículo 110 de la Ley de Conservación de Vida Silvestre, la cual dispone que mantener en cautiverio o en condición de mascota a un animal silvestre en peligro de extinción será sancionado con dos o cuatro salarios bases.
En el 2017, una mujer del cantón de Pococí fue condenada por mantener en cautiverio dos loras copete rojo, por lo cual un juez la sentenció a pagar 852 mil colones.
Los animales silvestres cumplen una misión dentro de sus hábitats, por lo que extraerlos de sus ecosistemas causa desequilibrios ecológicos, los exponen a enfermedades, así como a hábitos de alimentación no aptos para ellos.
Según el SINAC, en Costa Rica más de 400 especies se encuentran amenazadas, esto debido a las interacciones negativas con actividades humanas como la fragmentación de los ecosistemas donde habitan por la infraestructura como carreteras, tendidos eléctricos y la urbanización de las zonas protectoras de los ríos.
De igual modo son amenazas para estas especies el desarrollo urbano sin planificación, los incendios forestales, la trasmisión de enfermedades a las poblaciones silvestres, la alimentación de la fauna con fines turísticos que producen la perdida de sus comportamientos naturales, la cacería, el tráfico y el uso de animales silvestres como mascotas.
Todo esto provoca la pérdida de nuestra biodiversidad y en consecuencia los servicios ecosistémicos que le brindan a los costarricenses, produciendo un deterioro en nuestra calidad de vida.
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