Conducta, en muchos casos, contribuye a mayores congestionamientos viales
24.153 conductores fueron sancionados por estacionar donde mejor les convenía
En promedio, 99 conductores al día reciben una sanción de ¢56.000, en el 2022, por estacionar en el lugar que estiman más cómodo para sus intereses, sin el mínimo respeto a la Ley de Tránsito ni de consideración hacia otras personas.
Esta cifra implica que, cada 15 minutos, cuatro por hora, durante los primeros 8 meses del año, el cuerpo policial sancione a un conductor. En total, son 24.153 las multas por infringir el artículo 110 de la Ley de Tránsito.
El director de la Policía de Tránsito, Alexander Solano Quirós, quiso recalcar que estas conductas afectan en dos vías, la primera es que se contribuye a aumentar los congestionamientos viales, por otro, se irrespeta a otros actores viales.
“Nos hemos topado con conductores molestos porque quieren que regulemos el tránsito para mejorar la circulación, pero, en algunos casos, son los mismos conductores que generan esos embotellamientos al estacionar en zona prohibida, reduciendo el espacio físico para avanzar.
Por otro lado, hablamos de irrespetos muy graves al adulto mayor que no puede usar una acera, a la persona con discapacidad que no puede descender de una rampa con su silla de ruedas porque el paso está obstruido por un vehículo, o con la persona que no puede sacar su vehículo de la cochera porque el vecino se le estacionó en frente”, reprochó el funcionario.
Estacionarse a menos de 5 metros de un hidrante o a menos de 10 metros de un cruce en zona urbana o a menos de 25 metros de un cruce en zona no urbana, así como parquear en curva o en zona con demarcación que así lo prohíbe son otros ejemplos de conductas sancionadas este año.
Solano Quirós aprovechó para recalcar, una vez más, que “un momentito” no es legal, no se vale estacionar en zona prohibida, aunque sea “un momentito”.
Asimismo, recordó que, según las circunstancias, la Policía de Tránsito está facultada para retirar las placas del automotor o, incluso, el propio vehículo, algo que también deben tener en consideración los infractores, por las molestias adicionales que estas acciones les implicaría, para recuperar esos bienes.