El Hospital Dr. Maximiliano Peralta Jiménez desarrolla proceso socio educativo para madres, padres y encargados de menores con trastorno del espectro autista

El Hospital Dr. Maximiliano Peralta Jiménez desarrolla proceso socio educativo para madres, padres y encargados de menores con trastorno del espectro autista

Con juegos, charlas, películas, dinámicas y espacios para la expresión de sentimientos, funcionarias del servicio de trabajo social del hospital Maximiliano Peralta Jiménez (en Cartago) desarrollaron durante cuatro meses un proceso socio educativo para familiares y encargados de personas con trastorno del espectro autista (TEA).

Este novedoso proyecto fue implementado por el servicio de Trabajo Social y nació a raíz de que las funcionarias identificaron una importante carencia de información sobre el tema entre pacientes, familiares y grupos de referencia (escuelas, colegios, centros de salud y otros) que podía generar riesgos a quienes padecen este trastorno.

La trabajadora social del hospital máster Marcia Leiva comentó que en ocasiones las conductas de las personas menores de edad con TEA pueden ser catalogadas como “actitudes desafiantes” o “mal manejo de límites de parte de padres o cuidadores”, cuando la realidad es otra, propiciando ambientes de maltrato físico y mental hacia estas personas.

Para lograr el objetivo el equipo de trabajo social se capacitó junto con profesionales de la Universidad Estatal a Distancia, lo que les permitió ampliar sus conocimientos y destrezas, incluso para proyectar los aprendizajes al resto de las colegas, expertos de otras disciplinas del hospital y áreas de salud. De esa interacción se obtuvieron 40 referencias, que fueron analizadas para definir un perfil de entrada al grupo y así seleccionar a las personas participantes.

La metodología socio educativa es la que permite la construcción social del conocimiento, mediante métodos y técnicas como: charlas, juegos, películas, dinámicas y espacios para la expresión de sentimientos, a la vez que se genera un cambio social que da respuesta a las necesidades cotidianas de las personas. En esta experiencia se combinó lo educativo con lo terapéutico considerando las necesidades de la población participante.

El proceso socio educativo para familiares y encargados de pacientes con TEA del Hospital Maximiliano Peralta se diseñó para 20 participantes entre familiares o encargados de pacientes con este diagnóstico del área de atracción del hospital, que contaron con disponibilidad, compromiso e interés para asistir a todas las sesiones y no estaban atravesando un proceso de duelo.

A las familias sin apoyo en casa para el cuidado del hijo(a), se les da la opción de llevarlos, una trabajadora social voluntaria es la encargada del cuido y supervisión de las personas menores de edad mientras sus padres o encargado participan de las sesiones grupales.

También incluyó un subsidio económico para traslados, con las familias que lo requerían que fue aportado por el personal del hospital.

PROCESO EXITOSO

El proceso completo fue de 12 sesiones (cuatro meses) para un total de 31 horas.

Cada sesión contó con dos profesionales a cargo y se desarrolló en la Asociación Cartaginesa Pro-Unidad de Cuidados Paliativos (ASOCAPA) que prestó las instalaciones.

La máster Lianeth Mata Lobo, trabajadora social, comentó que esta semana concluyeron con el primer grupo con una inmensa satisfacción porque la meta se cumplió a cabalidad.

“El reto fue sensibilizar y empoderar a estas personas para que salieran adelante con sus seres queridos diagnosticados con TEA, eso significa que conozcan sus derechos, las condiciones que deben tener en casa, escuela y otros espacios. Para nosotras era muy importante que fortalecieran su salud física y mental, que puedan aumentar su autoestima y construir un sentido de pertenencia con personas que comparten sus necesidades, pero, sobre todo que lleguen a ser constantes y perseverantes en esto”, dijo.

La experta destacó que un detalle muy importante que le da gran valor a la experiencia es que todas las personas que facilitaron sus conocimientos para el programa (médicas, psicólogas, psiquiatras, nutricionistas y otras del mismo hospital y organizaciones externas) participaron de manera gratuita y comparten la característica de tener, al menos, un familiar con esta condición, lo que facilita aún más la sensibilización.

En el caso de Trabajo social participaron además la máster Ana Jarquín Pardo y la licenciada Rosa Navarro Solano profesionales de ese servicio.

Yecseny Calvo Alvarado, participante del proceso expresó: “Desde que empezó no me he perdido ni una sola clase, me ha gustado mucho y me he sentido muy acompañada porque me sacan de muchas dudas. Cada vez que viene alguien a dar charlas aprovecho para preguntar y lo que me dicen no solo me ha servido a mí sino a mi familia, porque llego a contarles todo. Es muy útil conocer las técnicas que le han funcionado a otros, ahora mi hijo vocaliza, le hicimos la agenda y está más tranquilo”.

Esta madre envió un mensaje a los padres, madres y encargados de personas menores de edad que enfrentan un diagnóstico de TEA: “No pierdan la fe, estén tranquilos y vean que esto es un proceso, paso a paso. Con dos o tres palabras no se resuelve, hay que tener mucha disciplina y saber que es un trabajo de todos los días, cada minuto, cada segundo, porque a nuestros hijos no se les puede dejarlos solitos hay que conocerlos y educarlos sin pegarles ni regañarlos, sino educarlos con afecto, para que cuando nos vayamos de este mundo sean independientes y saber que hicimos bien las cosas”

El doctor Guillermo Mendieta Ramírez, director en ejercicio del hospital, felicitó a las participantes y organizadores a la vez que destacó la importancia de estos proyectos que demuestran que la seguridad social es parte de un engranaje muy amplio que involucra a la familia, a las instituciones y a la comunidad.

“Se requiere de un sistema visionario cada vez más proactivo e inclusivo, que minimice los riesgos que estén a nuestro alcance”, comentó.

De las 16 familias que concluyeron el proceso, varias tienen más de un miembro diagnosticado o en vías de diagnóstico y sus experiencias van a ser un elemento nuevo en los próximos grupos.

La meta es repetirlo una vez al año y mantener actividades de sensibilización de manera constante entre el personal de salud y quienes lo requieran.

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