Clínica de Manejo Intestinal del hospital Maximiliano Peralta alcanza 10 años de logros con un modelo ejemplar

  • Cerca de 60 pacientes de 0 a 14 años obtienen los beneficios cada año.
  • 6 especialistas de diferentes disciplinas abordan a los menores y sus familias.
  • Manejo implica derribar mitos y brindar mucha educación a las familias.
  • 30% de las consultas en Pediatría son por estreñimiento.

La Clínica de Manejo Intestinal (CMI) del hospital Maximiliano Peralta fue creada el 23 de junio de 2012 con la idea muy clara de dar acompañamiento integral a pacientes pediátricos con estreñimiento funcional, megacolon, malformaciones ano rectales y enfermedad de Hurschsprung.

Ante la necesidad de controlar una serie de factores que aquejaban a los menores y sus familias, que interferían en el manejo de los casos, se tomó la decisión de integrar un equipo interdisciplinario conformado por profesionales en enfermería, pediatría, cirugía pediátrica, psicología, nutrición, y trabajo social, para enfocarse en el bienestar integral de las personas.

La Dra. Seidy Piedra Quirós, enfermera cofundadora de la clínica comentó que a nadie le gusta hablar de sus problemas de evacuación intestinal, para muchas familias el estreñimiento es visto como algo normal, incluso porque lo han sufrido por generaciones y tratan de resolverlo con laxantes y recetas caseras.

Al inicio de estos 10 años sentimos que era necesario hacer más, por esas personas que no tenían calidad de vida y tampoco sabían cómo resolverlo. Descubrimos que la educación era un eje fundamental, porque había mucho desconocimiento, teníamos que combatir la desinformación que en muchos casos refuerza mitos y estereotipos, que terminan interfiriendo en el abordaje temprano de las enfermedades.

Desde la perspectiva de nutrición, un colon limpio es un colon feliz, cuando un niño no va seguido al baño puede afectar su desarrollo social, en casa, con amigos. En ocasiones se aíslan, no quieren jugar porque saben que se pueden dar accidentes que incomodan y reciben el rechazo de sus compañeros y nuestro trabajo es ofrecer alternativas nutricionales que se apeguen a las necesidades y condiciones de estas personas”, indicó la doctora Paola Pérez, Nutricionista.

En el manejo de las enfermedades colorrectales pueden interferir factores biológicos, ambientales, psicológicos, económicos y de otras índoles, que se deben trabajar de la mano con los especialistas, las familias, e incluso con los grupos de apoyo, que incluye a los docentes a los que asisten los menores.

La clínica de Manejo Intestinal (CMI) del hospital Maximiliano Peralta es un modelo de atención efectivo, que ha llevado soluciones a muchas personas. Trabaja con un aproximado de 60 casos por año, del área de atracción del hospital que son referidos por diferentes especialistas de Consulta Externa de Pediatría, Cirugía Pediátrica y Nutrición. Durante el tiempo que permanecen activos en la clínica se les hacen valoraciones, procedimientos y se les ofrece medicación, charlas, talleres, consejería y más.

El doctor Guillermo Mendieta Ramírez, subdirector del hospital participó de un acto simbólico, donde estuvo presente el equipo y algunos de sus fundadores. Durante el mismo resaltó que cuentan con un equipo humano muy comprometido, que cree en lo que hace y se enfrenta a todo por salir adelante. “Contamos con una clínica de manejo intestinal que es un orgullo para la CCSS, porque su modelo de atención va más allá de la visión biologista de la enfermedad colorrectal”.

Para algunos pacientes los procesos son más largos que para otros, dependiendo de la complejidad.

Daniela Sánchez Mora, familiar de una paciente que integra la clínica dijo sentirse muy satisfecha de haber conocido esta alternativa: “Para nuestra familia significa un faro que nos ha traído luz en medio de las tinieblas. Mi experiencia es de 8 años en la clínica, cuando mi familiar fue diagnosticado fue muy difícil pero el personal siempre estuvo ahí para nosotros. A veces tal vez no hemos respondido de la mejor manera por la frustración, porque los resultados no eran en el tiempo que queríamos, pero ellos nos seguían atendiendo con palabras de esperanza y una sonrisa en la cara, dando lo mejor para que él se sintiera bien. Si no fuera por la clínica del Max Peralta, no sé qué estaría haciendo nuestro familiar, o si estuviera con nosotros ahora.

Por otra parte, la señora Stephanie González, familiar de otra de las pacientes de la clínica, manifestó: “Somos como una pequeña familia, ellos llegan a sentir afecto y cariño por nosotros, así como nosotros por ellos. En estos 7 años, hemos tenido acompañamiento y la verdad que ha sido reconfortante porque sentimos el apoyo. Ellos han estado ahí para hacer más fácil la tarea.

Esta madre recomendó a otros padres que experimentan una situación similar que tengan paciencia, que vayan de la mano de Dios y sean tolerantes. “Los procesos de los chicos que pasan por esto no son rápidos y hay que desarrollar paciencia, pero los resultados y las soluciones se llegan a ver, cuando un método no funcionaba retomábamos otros y siempre hubo muy buena comunicación. La clínica nos da esperanza, nos enseña que hay alternativas de mejoría para nuestros seres queridos”.

Las autoridades del hospital Maximiliano Peralta consideran que esos 10 años de constancia y dedicación, deben servir de inspiración para muchos programas que recién inician y para aquellos que lo ven como una posibilidad en sus centros de salud.

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