Un emergenciólogo, un gastroenterólogo y dos técnicas de gastroenterología se convirtieron en cazadores de lombrices humanas, un hecho muy poco frecuente en nuestros días y que pone en evidencia la gran creatividad y pericia de los equipos médicos del hospital Tony Facio Castro.
La historia de este reto médico comienza cuando el paciente, de 44 años, llegó a emergencias del hospital con un dolor agudo de sensación quemante e incontrolable en la boca del estómago, vómitos que le impedían alimentarse y la piel que se tornaba en tono amarillento conforme avanzaban las horas.
Ante la mala evolución del paciente, el compromiso de su vida y el dolor persistente es referido al Servicio de Gastroenterología en condición de emergencia sin diagnóstico preciso.
Para sorpresa del equipo médico la razón que originaba el cuadro clínico es una condición poco común en nuestros días: en el intestino delgado anidaban varias lombrices de gran tamaño, dos de ellas, adultas y grandes, que emergían y obstruían la vía biliar que drena el hígado y la vesícula al intestino.
En dado caso de una infección regular de este tipo el médico recomienda un medicamento para eliminar las lombrices, pero no los huevos, por lo tanto, se prescribe una segunda toma dos semanas después. Sin embargo, esta era una emergencia médica distinta y había que actuar de inmediato.
Para resolver el problema el equipo médico usó una solución creativa y poco habitual: cazar una a una las lombrices adultas que le provocaron pancreatitis aguda y obstrucción biliar dado que se necesitaba intervención inmediata.
Entonces se decidió realizar procedimiento especial -duodenoscopia- mínimamente invasivo, logrando extraer todos los parásitos y llevando al paciente a un alivio inmediato y resolución completa de la afectación.
El endoscopio es un tubo flexible que lleva una cámara y un canal a través del cual se introduce instrumentos que pueden cortar o sostener. Se ingresa al cuerpo por medio de la boca por donde se ingresa el tubo.
Actualmente el paciente goza de buena salud y sigue las recomendaciones médicas en la casa.
El equipo de esta acción está formado por el gastroenterólogo Dr. Alexander Cordero Jiménez, el emergenciólogo Dr.
Augusto Espinoza Espinoza y las técnicas en gastoenterología Sra. Elizabeth Abarca y Sra. Maybelline Salas.
Infección y prevención
Las lombrices suelen infectar a los humanos que toman agua o consumen alimentos contaminados con material fecal en la cual van huevos de los parásitos que son imperceptibles a simple vista.
Los huevos son enormemente resistentes respecto al calor extremo y la desecación, por lo que pueden sobrevivir varios años en ambientes húmedos y templados.
Según la literatura médica los huevos después de ser ingeridos eclosionan liberando las larvas las cuales salen a la luz del intestino delgado y recorren la circulación y los pulmones, para retornar al intestino delgado donde se convierten en adultos.
El parásito Ascaris lumbricoides es el mayor nematodo que parasita al ser humano, pues llega a medir hasta 35 centímetros, aproximadamente.
Las lombrices intestinales nunca se adhieren a la pared intestinal, habitando sólo en el ambiente del intestino, en donde absorben los nutrientes que la persona ingiere.
La prevención de esta infección de lombrices tiene relación con extremar las medidas para asegurarse el consumo de agua potable y el lavado riguroso de los alimentos, especialmente de los que se consumen crudos y frescos, pero que pudieran estar contaminados.
Como medida regular es importante el lavado de las manos con agua y jabón, remarcando la importancia de hacerlo después de ir al baño.
Incluso se considera buena idea tener un cepillito para las uñas en el lavabo para facilitar su limpieza.
Además se recomienda mantener las uñas de los niños muy cortitas para evitar el contagio y que pueda hacerse daño en la piel al rascarse.
Costa Rica es uno de los pocos países de Latinoamérica con amplia distribución de agua potable, lo cual redujo este tipo de padecimiento, que era frecuente antes de que se extendiera el manejo de excretas y la llegada del agua potable a las casas, dos importantes acciones que contribuyeron al fortalecimiento de la salud pública en el país.